los videos se estan subiendo a el canal de la década en Youtube, en breves días estarán todos

jueves, 8 de julio de 2010

La gran fiesta

Fotos de: Francisco Javier Sevillano y Jesús López Sáinz
La fiesta en imágenes

martes, 6 de julio de 2010

La década prodigiosa de Balmaseda

Información del DEIA


Elixane Castresana - Domingo, 6 de Junio de 2010


Reencuentros, nostalgia y fiesta
350 vecinos nacidos en los cincuenta se reúnen en una comida

BALMASEDA

LOS pantalones campana, las patillas y las gafas de gran tamaño han vuelto fugazmente a Balmaseda. También el recuerdo de las fiestas en las que se divertían los jóvenes. Muchos de ellos echaron una mirada al pasado y revivieron ayer aquella época en una comida que congregó en el frontón a 350 vecinos de la villa nacidos durante la década de los cincuenta.
Con el sonido de la música interpretada por un grupo local que triunfaba entonces, disfrutaron de una emotiva jornada de reencuentros y no fueron pocos los que atendieron la recomendación de los organizadores de desempolvar el vestuario de su juventud para acudir a la cita.
En realidad, se trataba de una vuelta de tuerca a una tradición que por estas fechas llena los restaurantes de la villa: los encuentros de las quintas. Esta costumbre se retomó hace 14 años con la reunión de la generación de 1956 para celebrar su cuarenta aniversario y ahora cuesta encontrar un año que no tenga su comida. Javier Orrantia fue uno de los artífices de aquella quinta y también ha colaborado en la organización de la fiesta de ayer. "La primera vez estuvimos 72 personas y desde entonces nos mantenemos unas 40. Solemos quedar el primer sábado de junio", comenta.
Coordinar a varios cientos ha resultado algo más complicado, pero se han arreglado repartiendo el trabajo. "Los responsables de cada año se han encargado de los suyos y luego nos hemos juntado todos", afirma Begoña Aretxederra.
Además de ocuparse de reunir a los nacidos en 1957, ella tuvo la idea de ir un paso más allá y convocar a la década al completo. "El tema surgió sin más, un día mientras comíamos en Sopuerta. Enseguida le pedimos permiso al alcalde para que nos dejaran el frontón y la verdad es que desde el Ayuntamiento nos han facilitado las cosas", agradece.
Y es que "ya se sabe que en Balmaseda nos vale con decirlo una vez para animarnos", dice Pedro Macías, alias Poto, la cabeza visible del grupo de 1950, los más veteranos. "Ha sido muy bonito volver a ver a gente que ha venido expresamente de Madrid o Málaga. Algunos no habían asistido a ninguna de las comidas anteriores" destaca.
en familia
Matrimonios, hermanos...
Aun así, siempre se echa de menos alguna presencia. En este caso, "habría que haber invitado a Tino, el dueño del Lord, la discoteca que entonces era lo mejor de Bizkaia". "La moda de Zalla llegó más tarde. En los sesenta y setenta el ambiente se concentraba en Balmaseda y Laudio", explica. Lo hubiera merecido, porque "de allí han salido infinidad de parejas que hoy -por ayer- están aquí sentadas". "Aunque es un poco fastidio tener al lado al marido o la mujer, parece que hay que mantener la compostura", bromea.
Pero no sólo hubo matrimonios. Entre los comensales se encontraban primos, cuñados y hermanos que compartieron mantel y anécdotas con algo de añoranza. "No pensábamos que iba a haber tanta gente que se animaría a disfrazarse. Ahora nos creemos que los jóvenes van mal vestidos, pero hay que ver las pintas que teníamos nosotros. ¡Qué tiempos aquellos!", admiten.
A los postres se sucedieron las sorpresas. Se sorteó un fin de semana en Llanes para dos personas y todos los presentes recibieron, además, un CD musical con los éxitos de las décadas sesenta y setenta que tanto bailaron a lo suelto y a lo agarrado. La mayoría no resistió la tentación y se lanzó a la improvisada pista de baile del frontón a dejar bien claro que no han perdido el ritmo.
La sobremesa se prolongó hasta el atardecer y cuando se apagaron las luces la diversión continuó por las calles de la villa. Y, por una noche, en los bares no sonó Enrique Iglesias, sino Julio para demostrar que, al fin y al cabo, la vida sigue igual.

Hay que resaltar la colaboración de tod@s los responsables de las quintas